martes, 9 de septiembre de 2008

Lovers in Madrid

En la siguiente entrada voy a hablar del contenido íntegro del concierto, por lo que si vas a ir a uno de los conciertos de la gira actual de Coldplay te aconsejo dejar de leer aquí. Puede que en algún momento el orden de las canciones fuera diferente, pero no puedo recordarlo mejor.


( La foto pertenece al concierto de Coldplay en Lyon el 4 de septiembre, y antes de que lo preguntéis, no, yo al que fui fue al de Madrid)

Las expectativas estaban muy altas. " Tienen un directo arrollador" decían algunos semanas antes del concierto, " Es un auténtico espectáculo", comentaban otros. Tras un corto pero interesante concierto de Albert Hammond Junior, guitarrista de The Strokes, que a mí me recordó muchísimo al grupo al que pertenece, un telón negro cubrió levemente el escenario. Las luces se apagan de nuevo y comienzan a escucharse los primeros acordes de Life in Technicolor. De fondo, presidiendo, La libertad guiando al pueblo de Delacroix, cuadro que ha marcado la campaña creativa de Viva la vida. El público se volvió loco cuando Chris y el resto de la banda aparecieron en escena saltando y agitando sus instrumentos en esta obra instrumental, que sirve de obertura para el resto del espectáculo. Sin dejar tiempo para presentaciones, fueron a lo seguro, empalmando los últimos acordes de la vida en technicolor con Violet Hill, que parece ya un clásico y la banda, y seguida por Clocks, una de las míticas de la banda. Tras estos primeros 10 minutos de auténtica locura, un pequeño descanso. Chris saluda al auditorio con un "Buena sera Madrid." que se le perdona, porque hablará en castellano durante el resto de concierto ( otra cosa es que nosotros entendiésemos su idioma). A Clocks le siguieron, In my place ( espeluznantemente emotivo), Speed of sound ( con la que bajaron unas bolas gigantes que se movían y daban luz, y que se llenaban de los colores característicos de X&Y) y un par de las nuevas. El concierto iba in crescendo durante todo el tiempo. Chris Martin lo vivía al límite, sudando fingía estar sufriendo un brote psicótico con la consecuente carcajada general o se tiraba por los suelos para cantar el final de alguna canción. A todo esto las espectaculares luces y pantallas que acompañaban al escenario. Una pequeña tele vieja en el centro del escenario emitía de vez en cuando imágenes ya sea del logo de VIVA que acompaña la web del grupo o un cuarteto de cuerda en canciones como Viva la Vida. Tras el apoteosis de la primera parte del concierto, Chris se sienta en el piano a un lateral del escenario y comienza a tocar una especie de acústico en la que mezclaba Talk con otras canciones de X&Y. Las luces se apagan y solo hay un foco encima del piano. Empieza a tocar diferentes arpegios y arreglos al piano que finalmente derivan en un The Hardest Part piano-voz que supuso para mí uno de los grandes momentos de la noche. Minutos antes de entrar al Palacio de Deportes le decía a mi amiga Cristina: " Me encantaría que tocasen The Hardest Part, pero sé que no va a ocurrir". Mi gozo no en un pozo, sino en una cima. Fue terminar el último acorde de The Hardest Part cuando todas las luces se encendieron, colores fucsias y violetas aparecían por todos lados... era Viva la Vida. La locura del público es inmesurable. Se escuchaban los "ooOooh" a kilómetros de Madrid. Tras tocar algunas canciones más de repente se despiden a una hora demasiado temprada. Evidentemente, hay truco. Lo que no sabíamos era que el truco estaba en que de repente iban a aparecer en uno de los palcos, entre el público para tocar The Scientist en versión acústica y otra canción cantada esta vez por el batería del grupo. Se vuelven a despedir, vuelve a haber truco. Y regresan con fuerza: Fix You. El público canta palabra a palabra la letra de esta preciosa canción que, como leí hace tiempo en un artículo, se ha convertido en un "himno generacional" para los seguidores del grupo. Siguió un estupendo y vibrante 42 y llegamos al que sin duda fue el cénit de la noche. Comienza a sonar Lovers in Japan, la enorme pantalla abandona el precioso cuadro que habíamos visto hasta entonces y comienzan a aparecer imágenes retro de elementos de la cultura japonesa. La canción es espectacular, pero más fue cuando de repente miles de mariposas de papel explotan encima de los espectadores y comienzan a caer. La sensación es indescriptible. Hay papeles de colores por todos lados que incluso brillan en la oscuridad. Un recurso tan efectista como efectivo, que encandiló a todo el personal. Siguen con Strawberry Swing y el fondo vuelve a cambiar, ya definitivamente en ya mencionado logo de VIVA que figura en la web de coldplay. Coldplay dice adiós y parece definitivo. La gente comienza a gritar el archiconocido "otra! otra!", mezclado con "ooOooh" y "yellow!yellow!". Vuelven. Las luces son de repente amarillas y suena la más famosa de entra las famosas canciones de Coldplay. Un broche final impecable para un concierto que cubrió más que de sobra las expectativas. Sólo pido que la próxima vez que vaya a verlos sean tan imagintaivos y vivan tanto la música como lo hicieron el pasado 7 de septiembre en Madrid.

1 comentario:

karlotinga dijo...

Fue impresionante...yo esq todavía no lo he asumido. Para que luego digas que el último disco no es bueno. ¡Cómo han evolucionado y madurado estos chicos! Y nosotras estábamos ahí, encima de Chris...

Lo único que me decepcionó fue que sólo hubiese un bis, por muy yellow que fuese...